“Calç morta” de Guillem Benejam

PERE GOMILA, QUADERNS DEL TURÓ, 27.11.2018. Galardonado con el XIX Premi Vila de Lloseta de Poesía 2018, 
Calç morta (El Gall editor) es el primer libro de poemas que publica el poeta ciutadellenc Guillem Benejam, 
aunque ya era conocido por haber ganado el Premio de Narrativa Curta para a menores de 25 años y el Premio de 
Poesía de los Premis Illa de Menorca del 2016, obras publicadas en el volumen colectivo que edita la Editorial 
Menorca.

Ahora, Calç morta confirma la fuerza de la voz poética de Benejam, su trabajo riguroso con el lenguaje, su indudable ambición literaria y un saludable dominio de los recursos técnicos. En este libro, el poeta ha desarrollado algunos elementos que ya encontrábamos en la compilación Collita pròpia publicado en el volumen del Editorial Menorca, como por ejemplo la viña, las ramas, la planta.

En Calç morta Benejam recorre una planta de las raíces a las ramas y hace un símbolo de la vida humana, del itinerario vital que siempre es un camino de desarrollo y aprendizaje –como también lo es el oficio de poeta–, de esfuerzo y de superación personal en busca de los mejores resultados que podemos lograr, aquello que representaría el buen mosto de la viña. Así, el libro es dividido en tres partes que dan forma a este recorrido: “De soca a rel”, “Branques” y “Planta”, la última, a manera de conclusión, constituida por un solo poema. No hay duda que esta concepción del libro representaba todo un reto que el poeta ha sabido resolver con creces gracias a un trabajo lento y paciente en que, junto con otros recursos lingüísticos y literarios, elabora una espléndida imaginería que incide con fuerza en el impacto emocional que recibe el lector. La metáfora, la alegoría, el símbolo aportan no solo riqueza conceptual al discurso poético, también belleza y eficacia verbal.

Y es que en este camino de investigación y de conocimiento que traza Calç morta conviene remarcar la belleza expresiva que consigue Benejam gracias a la riqueza y la originalidad de las metáforas y las imágenes surgidas especialmente de la simbología de la planta, pero también del entorno isleño y otros elementos. Lo podemos ver en algunos ejemplos: “Solo nos hacemos fuertes en la sequía / cuando el agua se escuela y la tierra parece muerta”. O este otro: “Para tener buen mosto, / me saco las espinas / de los carcs de la valla”.  O en estos espléndidos versos “…saber / todo el que vive / pasada la vendimia / en la viña baldía” que hacen referencia a unos versos de Joan Margarit: “Al fondo de mi mirada hay la oscuridad / de las viñas después de la vendimia”. Aquello que importa a Benejam, pero, no es la desolación, sino la emoción de todo aquello que todavía late.

En Calç morta encontraréis también algunos versos de tono sentencioso (“Tendríamos que saber / que la vida lleva la duda, / así como con la muerte / viene la certeza”) que apuntan hacia lecturas o formas aforísticas y filosóficas, aquí convertidas en buena poesía. Y en esta voz reflexiva de Benejam, Menorca está muy presente, esta isla que tendríamos que ser capaces de preservar: “La isla es una llaga / de cicatrices de derrotas abiertas” o bien “La pérdida de todo / también de la isla”.

El libro es rico en citas que, muestran un amplio, diverso y bien paït abanico de buenas lecturas, que son imprescindibles para el poeta. Fernando Pessoa, Joan Margarit, M. Àngels Anglada, Jaume C. Pons Alorda, PonçPons, Andreu Vidal, Anna Vado, Marià Manent, Francesc Garriga. Por lo tanto, lecturas fecundas de donde se poua sabiduría y maestría y que, en alguna ocasión, pueden llegar a producir una cierta intertextualitat, tan propia de la poesía contemporánea.

En definitiva, nos encontramos ante un libro de un alto simbolismo, pero no de escritura hermética, y con el buen resultado de un trabajo exigente y pausado por parte de una voz segura y reflexiva:  “Tendríamos que saber / que la vida lleva la duda, / así como con la muerte / viene la certeza”.

L’illa inaudita (Diari Menorca, 11-12-2018)