24 Juliol 2020 La celebración del centenario del nacimiento de Joan Perucho tendrá que servir sobre todo para difundir la obra de uno de los escritores más originales, fecundos y apasionantes de la literatura en catalán del siglo XX, hoy seguramente poco conocido a pesar de la vigencia y actualidad de su literatura y del interés creciente por el género fantástico, impulsado por varias asociaciones y festivales –con el precedente de la Sociedad Catalana de Ciencia ficción y Fantasía, fundada en 1997– y por escritores como Ricard Ruiz Garzón, entre otros. Tengo que decir que siempre es triste que la proclamación de los años dedicados a diferentes autores (este año conviven el Año Carner y el Año Perucho) se encuentre tan restringido en el Principado y no se extienda a todo el ámbito lingüístico en una colaboración entre instituciones, que tendría que ser posible y deseable, para difundir el conocimiento de nuestros grandes autores entre los territorios que tienen el catalán como lengua propia. Y más todavía en unos momentos de tanta presión miserable sobre nuestra lengua.
Joan Perucho empezó publicando poesía, pero muy presto cultivó otros géneros como la narración corta, la novela, los libros de viajes, crítica de arte y literatura memorialística. Sus novelas más conocidas son probablemente Las historias naturales (1960), Las aventuras del Caballero Kosmas (1981) o Pamela (1983), publicadas en un momento muy politizado en que el escritor, de un catalanismo incontestable, pero vinculado por ejemplo a la revista Destino, no era muy bien visto por determinados sectores. Ahora es el momento idóneo para volver a la lectura no solo de estas novelas sino de toda la obra peruchiana (más de unos setenta libros entre narrativa, poesía y ensayo) que se encuentre al alcance en las diferentes ediciones (papel y digital) que se han publicado últimamente y del ensayo Joan Perucho y la literatura fantástica (Ed. Ampurias, 2020) de Julià Guillamon, grande estudioso de la figura del autor y comisario del Año Perucho.
La obra de Joan Perucho, de una imaginación extraordinaria, se adentra por los caminos del fantástico y de la magia, pero siempre con la más alta exigencia literaria y desde una vasta cultura. encontraremos vampiros, viajes en el tiempo, aguas encantadas, monstruos, espías, mitologías, medievalismo, combinación de épocas, etc. Un universo quimérico que oscila pero con la conciencia de realidad. Encontraremos también el sentido de la aventura y una curiosidad inagotable, puesto que escribió sobre una gran diversidad de temas, como por ejemplo la gastronomía, el erotismo o, como hemos dicho, sobre arte. En este sentido es destacable la relación que mantuvo con grandes artistas del momento, sobre todo Joan Ponç, Tàpies, Cuixart, Miró.
En la entrada en “Lletra”, Julià Guillamon escribía: “pocos autores catalanes de este siglo (s. XX) pueden ofrecer la diversidad de intereses y la variedad de la literatura de Perucho, una relación tan estrecha con el arte de su tiempo, una creación tan fecunda de mundos imaginarios, la necesidad irrenunciable de mantener la memoria de la gente y los paisajes que ha conocido, e incorporarlos a la tradición cultural, junto a los libros y las obras de arte”.
Las obras de Joan Perucho han sido traducidas ampliamente a un gran número de idiomas, entre ellos el inglés, alemán, castellano, francés, ruso, japonés o chino, y recibió reconocimientos como los premios Ramon Llull, Nacional de la Crítica Catalana de narrativa, Cavall Verd de Poesía, Nacional de Literatura, Nacional de la Crítica Catalana de poesía o Premio Nacional de las Letras.
Ahora es la mejor ocasión, porque aquellos lectores que la desconocen se puedan acercar a la obra fascinante de un escritor que siguió su camino al margen de las modas y la estética que dominaba en la época en que empezó a publicar. Y un buen momento también para releerlo aquellos que ya habíamos tenido el placer de disfrutar.
L’illa inaudita (Diari Menorca, 21-07-2020)